¿Se puede ayudar de alguna manera a estos seres desencarnados para que se den cuenta de su situación y puedan seguir su camino en el plano espiritual?
Esto más bien depende de ellos que de vosotros, porque en el plano espiritual tienen la ayuda que necesitan para realizar ese tránsito, pero a veces les cuesta desprenderse de los lazos que les unieron al mundo material. Los espíritus que les asisten esperan a que por su propia voluntad decidan continuar el camino. También es bueno hablarles mentalmente porque en ese estado ellos captan los pensamientos. Se les puede explicar cuál es su situación, es decir, que ya han dejado la vida física (algunos están tan confundidos que no saben ni que han desencarnado), y que no pueden quedarse indefinidamente allí, que deben dejarse ayudar por los compañeros y seres queridos del plano espiritual. Lo que más les puede ayudar es evitar los sentimientos de pena y desolación por la pérdida, porque eso retiene a los menos preparados. El desencarnado siente lástima cuando los seres queridos sufren por su ausencia y les apena dejarlos solos en ese estado. El superar ese estado de pérdida y dolor les permite marcharse más tranquilos.
¿Se puede contactar con estos familiares desencarnados a través de médiums o videntes que hagan de intermediarios?
El contacto se puede producir espontáneamente a través de sueños o vivencias conscientes, porque el fallecido suele querer despedirse del encarnado y aprovecha los momentos de mayor sensibilidad para contactar. Si esto no se produce espontáneamente no tiene sentido el provocarlo. A veces el ansia por contactar con los fallecidos es tan grande que se cae en manos de personas aprovechadas que previo pago de una cantidad de dinero te prometen el contacto deseado con el ser ya fallecido y muchas veces tal contacto no es real. Sólo es un fingimiento. No os debéis preocupar si no tenéis evidencias de contacto inmediatas con vuestro ser querido desencarnado. La muerte no existe y todo el que falleció continúa su vida en el plano espiritual, aunque no hayáis tenido ese contacto. Si no se produce, a veces es debido a vuestra falta de preparación para el mismo. Muchas veces la pena os inunda y os bloquea para percibir lo que vuestro ser querido os quiere transmitir. Un contacto en ese momento os podría aumentar el sentimiento de pérdida y prolongar todavía más el periodo de desprendimiento y, por ello, el sufrimiento. Superad la pena y entonces tal vez podáis tener aquello que deseáis. Durante el sueño os desprendéis del cuerpo físico y podéis llegar a donde ellos están. Si estáis sensibles y receptivos podréis recordar esa experiencia.
¿Y qué opinión tienes de los videntes y de las personas que afirman adivinar el futuro o penetrar en el pasado, mediante la quiromancia, el tarot y otras técnicas semejantes?
El futuro no está escrito. El acceso a los recuerdos del pasado y a las posibilidades del futuro de cada persona en particular, lo que se denominan "los registros akásicos", aunque posible, es algo que está muy restringido. Sólo se permite al encarnado acceder excepcionalmente a su registro personal, pero no al de otras personas, si esto le puede resultar beneficioso para su evolución. Este acceso se produce generalmente mientras está durmiendo y la vivencia se recuerda como un sueño o premonición, e incluso a veces como visiones en estado de relajación profunda. Pero no es cuando uno lo desea, sino cuando el mundo espiritual lo considera oportuno. Tened claro que los espíritus guías no facilitan el acceso a este conocimiento para satisfacer la curiosidad, la codicia o algún tipo de interés egoísta, que es mayoritariamente el motivo por el cual la gente quiere saber cosas sobre su futuro o su pasado. Sin embargo, es asombroso observar la cantidad de gente que afirma poder penetrar en los registros akásicos de los demás, muchas veces previo pago de una cantidad de dinero, y poder conocer el pasado y futuro de una persona con enorme facilidad, tan sólo lanzando unas cartas al azar, o abriendo al azar un libro, o interpretando en la posición de las entrañas de un animal sacrificado o cualquier otro tipo de juego o ritual, más o menos desagradable. Todo esto es falso, claro.
¿Pero no es cierto que algunos de esos videntes aciertan en sus predicciones?
En la mayoría de casos, no. La apariencia de acierto proviene de que el supuesto vidente actúa con astucia, y sabe halagar al cliente, al mismo tiempo que sabe sacarle la información necesaria para poder responder y decirle al cliente lo que quiere escuchar. Y cliente satisfecho es cliente fijo que volverá a pagar gustosamente el precio de la sesión. ¿Quién puede creer que su destino o su futuro pueda estar escrito en unas cartas lanzadas al azar? ¿Acaso no ocurrirá que si le vuelven a lanzar las cartas tras barajar de nuevo aparecerán algunas cartas diferentes y en diferente orden? ¿Quiere decir esto que su futuro será entonces diferente? Utilizad el sentido común y caeréis en la cuenta de que, por ejemplo, el tarot no es más que un juego. El que cree que al echar unas cartas puede adivinar el futuro o penetrar en el pasado es como aquel que por jugar bien al Monopoly cree que es economista o por saber jugar bien a los videojuegos de aviones cree que ya es piloto. No mezcléis los juegos con la espiritualidad, ni le deis credibilidad a aquello que no tenga un fundamento. Todo esto no es espiritualidad y si no se es consciente de ello se pueden mezclar mentiras con verdades y confundir la espiritualidad con la superchería.
¿Y en esa minoría de casos en que aciertan y se sabe que es cierto lo que dicen? Por ejemplo, cuando dan algunos detalles de la vida de uno que son ciertos, ¿Cuál es la explicación?
Es cierto que algunas de esas personas tienen el don de la mediumnidad, pero la utilizan incorrectamente, pues la mediumnidad es un don espiritual que no se debe utilizar vanamente ni con propósito de lucro, y mucho menos ejercerlo como una profesión. Algunos espíritus poco avanzados se afilian a ellos porque les resulta divertido ver las reacciones de los clientes cuando les aciertan algo de su pasado. Pero si aciertan no es por lo que vean en las cartas, sino porque esos espíritus les dan algunas informaciones que son ciertas para ganarse la confianza del cliente, lo cual no quiere decir que todo lo que se les diga sea cierto. También hay personas con mediumnidad que no tienen mala fe en lo que hacen, sino que por su ignorancia se han dejado llevar por el egoísmo del mundo y han mezclado su verdadera capacidad con prácticas aprendidas terrenalmente. En estos casos suelen recibir asistencia de algunos espíritus, que aunque no son muy avanzados, no tienen mala intención.
¿Cuál es tu opinión sobre la Astrología, es decir, la influencia de los astros en la vida de las personas? ¿Y sobre los horóscopos y las cartas astrales? ¿Es cierto que sabiendo la fecha y hora de nacimiento de una persona se pueden predecir rasgos de la personalidad o de sucesos que le van a pasar en la vida?
Es cierto que todos los seres de la creación están
interconectados y que los astros poseen un aura energética que
influye en los demás astros, y en los seres que los habitan.
También es cierto que su influencia se hace más intensa cuando
más cerca se está de ellos, al igual que la fuerza gravitatoria se
deja sentir en mayor o menor medida en función de la cercanía
o lejanía a la Tierra. También es cierto que determinadas
influencias astrales pueden ser más o menos favorables para
realizar determinados trabajos espirituales y, sabiendo esto, los
espíritus avanzados pueden elegir determinadas épocas más
favorables para desempeñar ciertos trabajos del plano espiritual.
Pero sabed que sólo son influencias, no determinaciones. El
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corredor de maratón desea siempre una temperatura agradable
y una humedad moderada para la competición, porque sabe
que son las condiciones más adecuadas para conseguir una
buena marca. Pero no es el tiempo favorable lo que hace de él
un buen corredor de maratón, ni el tiempo desfavorable va a
hacer de él un mal corredor de maratón. La influencia se
restringe a modular su marca. Pues así ocurre con las influencias
astrológicas. El espíritu que es avanzado lo será
independientemente de la posición de los astros en el momento
de su nacimiento y el que no lo es, tampoco una posición
favorable de los astros lo va a convertir en un espíritu avanzado.
¿Quién puede pensar que un espíritu que vaya a encarnar en
breve vaya a tener una vida diferente o su personalidad vaya a
ser diferente por el hecho de nacer dos semanas antes o
después? ¿No hemos dicho ya que la personalidad y el avance
espiritual de ese ser es fruto de su aprendizaje espiritual
conseguido en innumerables encarnaciones? ¿O cómo
podemos pensar que los acontecimientos de su vida estén
predeterminados por la fecha de su nacimiento, cuando
estamos diciendo que las pruebas se eligen y se preparan antes
de encarnar por libre elección y que depende de su voluntad y
libertad el superarlas o no? Tened clara una cosa: el futuro no
está escrito. Si el futuro del ser humano estuviera decidido por la
fecha de su nacimiento ¿Dónde estaría el libre albedrío
entonces? Si os centráis mucho en lo que es accesorio se os
pasará por alto mucho de lo que es importante.
Bueno, hablemos del segundo mandamiento. No tomarás el nombre de Dios en vano. ¿Qué me tienes que decir de este?
Este sí está en el Deuteronomio, aunque mal traducido. La traducción literal del hebreo es "no utilizarás el nombre de Dios para engañar". Por tanto, el problema de este mandamiento no es el mandamiento en sí, que es correcto, sino la interpretación que se ha hecho de su significado, que tiene que ver con la alteración de la traducción del hebreo original. De esto ya hablamos anteriormente, pero lo haremos aquí con mayor profundidad, porque es bastante importante. Mucha gente cree que "no tomar el nombre de Dios en vano" quiere decir que no han de utilizar el nombre de Dios en expresiones groseras, por otro lado muy comunes en el lenguaje popular. Se ofenden enormemente cuando oyen a alguien pronunciarlas, sin pensar que el que las dice ni siquiera se fija en el significado de la frase que acaba de pronunciar. Consideran que se trata de una ofensa a Dios, cuando en realidad estas expresiones, aunque manifiestan vulgaridad y falta de tacto, son inofensivas y no tienen ningún tipo de consecuencia espiritual. Sin embargo, el verdadero significado de este mandamiento es "No utilizarás el nombre de Dios para justificar propósitos egoístas". Una práctica común de la humanidad ha sido y es vulnerar este mandamiento. En nombre de Dios se han cometido las mayores atrocidades. Todo esto incluye desde sacrificios de seres humanos en rituales a la divinidad, "las matanzas de infieles", las guerras "religiosas" o Cruzadas, las evangelizaciones forzosas, las persecuciones, torturas y asesinatos de "herejes", hasta la explotación del ser humano para enriquecer a las elites del poder religioso y la manipulación de las creencias religiosas para aprovecharse de los fieles o generar discordia y luchas entre los humanos. Todo ello son propósitos egoístas muy dañinos que los humanos han cometido, en los que han utilizado el nombre de Dios. Esto es lo realmente grave y con consecuencias funestas a nivel espiritual. Y ese es el engaño, hacer creer al mundo que es Dios el que les mandaba hacer todo esto, cuando todo es fruto de su egoísmo. Es intolerable que se haga creer hasta en las propias escrituras sagradas, que Dios mandaba al pueblo de Israel a cometer genocidios contra otros pueblos, o que el propio Dios, o Moisés, al que se considera enviado de Dios, enviaron plagas que provocaron la muerte de los primogénitos de Egipto para obligar al faraón a liberar al pueblo de Israel. Si esto fuera así, tendríamos que admitir que Dios y Moisés se comportan con la misma crueldad y desprecio por la vida que cualquier sicario, asesino y genocida de la humanidad.
Aunque sea desviarnos del tema, me ha picado la curiosidad cuando has hablado de Moisés y del faraón. Si no fue así como ocurrió, ¿Qué es lo que ocurrió en realidad? Porque esto de las plagas de Egipto se da como una verdad absoluta dentro de la religión.
Ocurrió que Moisés convenció al faraón de Egipto de que dejara marchar a los hebreos, pues en ese tiempo tenían buena relación.
¿Entonces los hebreos no fueron perseguidos por el faraón con un ejército para acabar con ellos?
Fueron perseguidos, pero no por el faraón y su ejército, sino por gente poderosa de Egipto que no estaba de acuerdo con la decisión del faraón. Cuando se enteraron de su partida, formaron una fuerza de mercenarios para perseguirles. Pensaban atraparles fuera ya de los dominios de Egipto para evitar enfrentarse al faraón.
¿Y qué pasó después? La Biblia dice que fue Moisés, con la ayuda del poder divino, quien separó las aguas del mar Rojo para que pasara el pueblo hebreo y que luego las dejó caer sobre los egipcios, que murieron ahogados.
No fue así como ocurrió. Primero, no es cierto que Moisés separara las aguas. La ruta que había trazado Moisés implicaba el paso por una zona que normalmente se encuentra bajo el agua, pero que ocasionalmente, por efectos del clima y las mareas descendía temporalmente de nivel hasta permitir el paso por ciertos lugares. Esto era conocido por los consejeros de Moisés, que le informaron de cuándo iba a suceder. Simplemente esperaron a la bajada de la marea para hacer las maletas e irse. Incluso operarios del faraón trabajaron para acondicionar las zonas de paso. Cuando los perseguidores, que llevaban varios días de retraso, llegaron a ese punto, la marea ya había empezado a subir. Era evidente que si entraban en esa zona la marea les iba a atrapar. Si hubieran empleado el sentido común no hubieran cruzado. Lo que ocurrió simplemente es que la marea subió más mientras cruzaban y se ahogaron. Como ves, no hubo nada sobrenatural en lo que pasó. No murieron por la ira de Dios, como se ha hecho creer. Murieron por su propia ira, porque les podía más el deseo de alcanzar a los hebreos para acabar con ellos que el sentido común de preservar su propia vida.
¿Y por qué la Biblia cuenta otra historia diferente?
Ya he dicho que todo se manipula por intereses egoístas. Tened en cuenta que los textos sagrados sólo eran accesibles a los sacerdotes. Cuando los que lo vivieron en primera persona ya estaban muertos, era relativamente fácil cambiar la historia para favorecer sus intereses. A los mandatarios de la iglesia hebrea, como suele ocurrir con otros, les interesaba meter el miedo a Dios en el cuerpo del pueblo para que fuera sumiso y no se rebelara a su control. Por ello crearon esa figura del Dios castigador y su brazo ejecutor implacable, Moisés. Una vez creado el mito, cuando querían forzar al pueblo a obedecerles, con decir que era la palabra de Dios dicha por Moisés era suficiente para que se pusieran a temblar y, por miedo, obedecieran.
¡Buf! Me gustaría conocer más sobre lo que ocurrió de verdad en esa época de la historia, ya que lo que pasó ha tenido tanta influencia en las creencias religiosas de la humanidad.
Ahora no es el momento, pues nos desviaría del tema que estamos tratando, que es bastante importante. Lo que te he contado tómalo como una muestra de cómo el ser humano, para satisfacer su voraz egoísmo, es capaz de manipularlo todo, también las enseñanzas espirituales, y hasta de transmitir un concepto de Dios y de sus enviados totalmente equívoco y aterrador.
Parece pues que más bien son las autoridades religiosas, sobre todo del pasado, las que más comúnmente han infringido este mandamiento, ¿no?
Del pasado y del presente. Aunque ahora se hace de una manera más sutil, se sigue utilizando el nombre de Dios con propósitos egoístas. Se sigue utilizando el nombre de Dios para justificar dogmas religiosos que son espiritualmente falsos y que obstaculizan el progreso espiritual del ser humano. Se sigue utilizando el poder que da el estatus de alto cargo eclesiástico 129 para cometer abusos y crímenes de todo tipo, aunque muchos de ellos se hacen ahora en la clandestinidad pues, de ser descubiertos los autores, serían conducidos ante los tribunales. También el poder político hace uso de la religión cuando le conviene, para convencer a sus ciudadanos de sus propósitos egoístas y conquistadores, por ejemplo, para que vayan a la guerra. Les convencen de que es Dios el que les pide ese sacrificio y que está de su lado y les va a proteger durante la batalla. Pero no son sólo las autoridades religiosas o políticas las que infringen este mandamiento, aunque por tener mayor influencia son las que han hecho más daño. También de forma individual los comportamientos egoístas e hipócritas, que bajo la apariencia de ortodoxia religiosa, o de espiritualidad, restringen la libertad y voluntad humanas, y que obedecen al deseo egoísta de controlar y manipular a los demás, son una vulneración de este mandamiento. También aquellos que pretenden utilizar las creencias religiosas o espirituales para beneficio propio están infringiendo este mandamiento. Por eso, si desarrollamos correctamente el mandamiento de "No utilizarás el nombre de Dios para justificar propósitos egoístas", llegaremos a la conclusión de que esto implica también decir "no comerciarás con la espiritualidad". Es decir, el que comercia con la espiritualidad, también infringe ese mandamiento.
¿Qué quieres decir exactamente con "comerciar con la espiritualidad"?
Me refiero a que la espiritualidad es una característica inherente a todo espíritu por el mero hecho de existir. Es un don, una cualidad que el mundo espiritual le concede a cada ser para que sea la fuerza y la guía que le impulse a evolucionar. La espiritualidad no pertenece a nadie en particular, sino que pertenece a todos en general. Puesto que gratis se nos dio, gratis la debemos usar. Por tanto, no puede ser objeto de comercio. Sería como si alguien quisiera apropiarse del aire y quisiera cobrar a los demás por el derecho a respirar. Si tenemos a nuestro alcance la capacidad y los conocimientos espirituales, y dejamos que el egoísmo, a través de la mente, se apodere de ellos, entonces lo que se había de ejercer como una misión espiritual de ayuda a los demás y para la propia evolución, de forma desinteresada, se convertirá en un oficio material del cual sacar provecho y lucro. Tampoco se debe comerciar con los dones que provienen del mundo espiritual, como la mediumnidad en todas sus manifestaciones, lo cual incluye también la transmisión de energías, ni las ayudas y contactos que se reciben del mundo espiritual, pues todo se nos da como una ayuda para nuestra evolución, no como una mercancía con la cual comerciar. Al que hace mal uso de un don espiritual, se le retira la asistencia espiritual, pues los espíritus evolucionados no colaboran en propósitos egoístas.
Bueno, hay personas que dicen que su objetivo no es enriquecerse, sino que tras haber encontrado su vocación en lo espiritual, quieren dedicarse plenamente a ello, con lo cual no disponen de tiempo para otro trabajo y, como necesitan sustentarse de algo para vivir, necesitan cobrar por lo que hacen espiritualmente. ¿Qué tienes que decirme a esto?
¿Quién les dijo que estaban eximidos del trabajo material? Si la
evolución espiritual concierne a todos y todos tomaran la
decisión de abandonar sus trabajos para dedicarse a "lo
espiritual", ¿de que iba a vivir el mundo? Mucha gente de la
actualidad cree que su transformación espiritual tiene que ver
con el abandono del trabajo material y la dedicación exclusiva
a lo que ellos llaman trabajo espiritual. Ante la falta de ingresos
por un trabajo material, creen justificado el cobrar por transmitir
conocimientos o dar consejos sobre lo espiritual, pero esto no es
así. La evolución espiritual es totalmente compatible con el
trabajo material, y nadie está eximido de él, a no ser por causa
de enfermedad, vejez o incapacidad física o psíquica. No
utilicéis la espiritualidad para eludir las responsabilidades propias
de la vida como encarnado, como la del trabajo pues, el que
elude el trabajo escudándose en que ya trabaja espiritualmente,
refleja pereza y comodidad, no elevación espiritual. Es necesario
a todo el mundo trabajar para subsistir y todo el mundo tiene
derecho a recibir la justa remuneración por ello. Lo que no es
justo es hacer de lo espiritual una profesión material.
¿Me quieres decir que desde el punto de vista espiritual es incorrecto que se profesionalice la espiritualidad?
Sí, es incorrecto. La profesionalización de la espiritualidad, como tú la llamas, es lo que ha hecho que exista la religión y el sacerdocio. Los sacerdotes se han creído y han hecho creer a la gente que por hacer un supuesto trabajo espiritual (que en realidad tampoco es tal, porque dedicar el tiempo al ritualismo y la adoración es un trabajo inútil espiritualmente), estaban exentos del trabajo material, y que para mantenerse necesitaban que los creyentes o fieles aportaran el dinero que ellos no eran capaces de ganar. Lo repito, nadie debe creerse eximido del trabajo material para dedicarse en exclusiva al trabajo espiritual.
Pues la Iglesia Católica fundamenta que es necesario hacer las cosas de ese modo en el ejemplo de Jesús y sus apóstoles.
¿En qué ejemplo? Jesús era hijo de carpintero y trabajó en la carpintería de su padre mientras vivió allí. Aunque es cierto que cuando empezó su intensa misión no tenía tiempo para ejercer de carpintero, jamás cobró nada por lo espiritual ni pidió a nadie que lo mantuviera. Tampoco ninguno de los apóstoles. Cada uno aportaba lo que tenía y ninguno de ellos dejó de encargarse de sus obligaciones familiares y laborales, ya que compaginaban su trabajo material con el espiritual. Fijaos que ningún apóstol era sacerdote judío, que eran los únicos que no trabajaban. Mientras ellos estuvieron con vida, jamás se estructuraron como iglesia ni se proclamaron sacerdotes, ni pidieron a nadie que les mantuviera. Simplemente vivían humildemente y compartían lo que tenían. Si precisamente los sacerdotes hebreos tenían tanta ojeriza a Jesús y sus seguidores era porque, a consecuencia de su predicación, mucha gente dejó de acudir al templo a hacer sacrificios de animales, que era el negocio que más ingresos reportaba al clero judío.
¿Qué es lo que ha hecho mal la Iglesia, en este caso la Iglesia Católica, para convertirse en casi lo mismo que la Iglesia Hebrea, en contra de lo que sus fundadores hicieron y predicaron?
Ya hemos dicho que Jesús y sus apóstoles no fundaron ninguna iglesia ni tenían ninguna intención de hacerlo. Fueron otros que vinieron después los que, haciendo un mal uso del mensaje espiritual que sus antecesores les transmitieron, crearon esa institución. Hasta en la forma de preguntar se pone en evidencia la importancia que le dais a las instituciones religiosas, pues habláis de ellas como si tuvieran vida propia. Ten en cuenta que las iglesias en realidad no existen, pues no tienen ni conciencia ni voluntad en sí mismas. Por lo tanto, no hacen ni bien ni mal. Sólo son estructuras materiales creadas y dirigidas por seres humanos concretos, aunque estos puedan ir cambiando de unas épocas a otras. Afortunadamente, la brevedad de la vida física les impide perpetuarse en el poder más allá de unas cuantas décadas. Pregunta mejor, ¿qué ha hecho el ser humano para transformar el mensaje espiritual verdadero, que le fue dado para utilizarlo en su crecimiento espiritual, en justamente lo contrario, es decir, en una doctrina que lo convierte en un esclavo, que anula su voluntad y libertad, que fomenta la explotación, el fanatismo y la desigualdad entre los seres humanos? La Iglesia ha sido pensada, creada y perpetuada en el tiempo por espíritus que se han dejado llevar por su egoísmo. En realidad, simplemente fue una reconversión de formas de opresión anteriores que tomaron el control por la fuerza de un movimiento espiritual que se les escapaba de las manos. Y poco a poco lo consiguieron.
¿Qué quieres decir con que fue una reconversión de formas de opresión anteriores que tomaron el control por la fuerza de un movimiento espiritual que se les escapaba de las manos?
Pues que después de la muerte de Jesús, su mensaje de amor incondicional se extendió rápidamente, pues sus seguidores se encargaron de hacer llegar su mensaje allá donde quisiera ser escuchado. Con el paso del tiempo, el número de adeptos al mensaje de amor incondicional se multiplicó enormemente. Los poderosos de aquella época vieron una amenaza en ellos, pues su creencia predicaba la igualdad y fraternidad entre los seres humanos y esto ponía en evidencia su forma de hacer las cosas. Por eso varios emperadores romanos lanzaron persecuciones contra ellos. Pero, a pesar de las matanzas, el número de cristianos, como fueron denominados, crecía sin parar. Y ante la imposibilidad de destruir ese movimiento desde fuera, decidieron infiltrarse en él para dirigirlo y cambiar su rumbo. Uno de los hechos más notables de esta nueva estrategia sucedió durante el mandato del emperador Constantino, que supuestamente se convirtió a la nueva doctrina y decretó la conversión forzosa del imperio al Cristianismo. Pero ese Cristianismo, que ya estaba adulterado por el paso del tiempo, se adulteró más a partir de entonces, porque ya no tenía que ser una creencia de pobres y esclavos, sino que tenía que ser compatible con la riqueza y el poder. Y como no lo era, la cambiaron de cabo a rabo para que lo fuera. Llegamos nuevamente a la misma raíz de todos los males de la humanidad: es el egoísmo humano el principal problema. Son estos mismos espíritus egoístas, erigidos a sí mismos en autoridades morales, los que han hecho creer a los demás que tenía importancia mantener la Iglesia y hacerla grande y poderosa, incitando a la gente hasta a dar su vida y a quitar la vida de los demás por ella, por creer que esto era agradable a Dios. Y esto es una gran farsa que sólo se sustenta en la ignorancia, el miedo y el fanatismo de seres que todavía son poco avanzados en lo espiritual. Sabed la verdad, esas estructuras que llamáis iglesias no significan nada ni para Dios ni para el mundo espiritual, puesto que al mundo espiritual sólo le importa lo que tiene vida espiritual. En pocas palabras, a Dios le importa el ser humano y no la Iglesia. Por lo tanto, no desperdiciéis vuestra vida esforzándoos por engrandecer instituciones religiosas o espirituales, ni para hacerlas crecer materialmente o en número de feligreses. Esto es un esfuerzo inútil desde el punto de vista espiritual que no os servirá de nada en vuestra evolución. Más bien esforzaos por erradicar el egoísmo de vuestro corazón y por desarrollar los sentimientos, pues es lo único por lo que merece la pena luchar y lo único que permite ascender en la escala evolutiva espiritual.
Ya, pero ¿hay algo en particular, alguna manifestación de ese egoísmo, que podría haber sido evitada para que no se materializara en hechos? Quiero decir, ¿Qué hechos concretos se pueden considerar acciones egoístas que han contribuido a crear una institución como la Iglesia?
El hecho principal es haber creado una iglesia o religión tomando como base el mensaje espiritual que Jesús transmitió. Como ya he dicho, Jesús nunca tuvo intención de crear ninguna iglesia, sólo de transmitir un mensaje a la humanidad muy sencillo: desarrollar los sentimientos y eliminar el egoísmo. Esto es un trabajo individual que no requiere la creación de ninguna estructura material.
¿Algún consejo para evitar que esto vuelva a suceder en el futuro?
Nos os agrupéis bajo ninguna sigla. Porque el ser humano tiene tendencia enseguida a distinguir entre los que son de su grupo y los que no lo son, a favorecer a los de su grupo y a discriminar al resto, sea por cuestiones de creencias religiosas, políticas o de patriotismos. Y eso es un comportamiento de egoísmo colectivo. Una de las consecuencias que debería traer el conocimiento de la realidad espiritual es el descubrir que todos los seres humanos son hermanos. El poner etiquetas a unos y a otros sólo lleva a generar diferencias que luego, con el tiempo, se utilizan como excusa para provocar discordias y luchas.
No sé a qué te refieres.
Me refiero a que los seres humanos han utilizado las creencias religiosas para verse diferentes los unos de los otros hasta el punto de que por estas creencias se han enfrentado y se siguen enfrentando en guerras fratricidas. Prácticamente no hay combinación que no se haya dado: judíos contra musulmanes, cristianos contra musulmanes, cristianos contra judíos. Dentro del Cristianismo, católicos contra protestantes, dentro del Islam, chiíes contra suníes. Lo curioso es que todas estas religiones dicen creer en un solo Dios, y reconocen a Abraham como primer patriarca y a Moisés como profeta de Dios, que recibió la ley de Dios para dársela a los hombres. Tampoco busquéis separaros de la sociedad ni crear comunidades aisladas del resto del mundo. Más bien al contrario, intentad transformar la sociedad para que ésta cada vez se armonice con las leyes espirituales, sobre todo con la ley del amor. Todo ser humano tiene derecho a la libertad y la felicidad y no se debe excluir a nadie de ese derecho. Si os aisláis del mundo, creando comunidades cerradas, impedís que otros seres humanos se beneficien de los logros que vosotros habéis podido conseguir.
¿Pero no ocurre que al mezclarse con el mundo se dispersa la unidad de acción y se corre el riesgo de contagiarse de malos hábitos espirituales? ¿Acaso los primeros cristianos, e incluso antes de ellos los esenios, no se agruparon en comunidades aisladas del resto?
Si los primeros cristianos o los esenios se refugiaban en lugares apartados de las ciudades de su época era por salvar la vida debido a las continuas persecuciones a que eran sometidos, y no por un deseo de apartarse de la sociedad. No hay nada de malo en buscar asociación con personas que persiguen un mismo ideal, pero esto no debe ser argumento para separarse del resto, ni para excluir a aquellos que no compartan los mismos ideales o creencias. El que tiene claras sus convicciones no se deja arrastrar fácilmente por las de los demás, y si lo hace es que no eran tan claras. Por otra parte, no tiene nada de malo conocer otras creencias y culturas, puesto que esto enriquece al ser humano y le permite tener más información para formar sus propias ideas y creencias. El que es católico porque nace en un país católico o el que es musulmán porque nace en un país musulmán, no ha elegido libremente su creencia, puesto que sólo tenía una opción donde elegir.
Pero el no poder crear un tipo de institución material, ¿no es una contradicción con el mensaje de amor al prójimo? ¿No impide llevar a la práctica proyectos de ayuda material, por ejemplo, para la atención educativa, sanitaria o de acogida a los necesitados?
Nos referimos aquí a la creación de una institución de tipo material que tenga como principal objeto el sostenimiento de ella misma, y que a sus expensas pueda acumular poder y riqueza. La riqueza y el poder son reclamos que atraen a los codiciosos y ambiciosos que buscan colocarse en posiciones de privilegio en las que satisfacer sus expectativas egoístas, y que contribuyen todavía más a estropearlo todo. Si queréis ayudar a los desamparados podéis crear centros de acogida, si queréis atender a los enfermos podréis crear hospitales, si queréis educar a los niños podéis crear escuelas. Es importante que tengan una utilidad práctica de ayuda al prójimo, y que no sean simplemente centros de realización de rituales o almacenes de reliquias, pues entonces ya no cumplirían la función para la que supuestamente fueron creados, que debía ser la ayuda a los demás. Podéis hacer uso de lo que ya está creado e infrautilizado para darle un uso social, o crearlo nuevo si no existe y con esto no incumplís el consejo que aquí se os da. Aquí lo que se censura no es el uso de los recursos materiales que, bien empleados, pueden traer el bienestar común, lo que es un ideal justo y noble, sino el abuso de los mismos para conseguir justo lo contrario, esto es, la satisfacción de intereses egoístas, que son el origen de la desigualdad social, es decir, la opulencia de unos pocos a costa de la desdicha del resto.
¿Entonces está mal hacer recolectas, puesto que aquí se pide a la gente dinero para otras personas?
Pedir para ayudar al que lo necesita no es nada malo. Todo lo contrario, pues si el destino de ese dinero es una buena causa, que ha de ser ayudar al que lo necesita, es un acto espiritualmente noble. Lo que es incorrecto es pedir para uno mismo con el propósito de eludir el trabajo. También es incorrecto pedir para causas inútiles o egoístas. Y mucho más incorrecto es pedir para una causa justa y luego emplear ese dinero para un propósito egoísta, como el que pide dinero para ayudar a los pobres y una vez recaudado el dinero lo invierte en la Bolsa.
Pero entiendo yo que el que recauda el dinero suele pensar que su causa es noble. Lo que para unas personas es un causa noble para otros puede ser una causa inútil. ¿Cómo podemos distinguir una cosa de la otra? Por ejemplo, habrá personas que consideren una causa noble construir un centro de culto o restaurar una iglesia antigua, mientras que para otros será una causa inútil.
Una causa noble es la ayuda al necesitado. Las que no contribuyen en nada a la eliminación de las desigualdades, las injusticias, y que no se destinan a la atención a los necesitados son causas egoístas. Que cada uno mire en su conciencia qué es lo que le está moviendo cuando pide dinero a los demás, porque así sabrá si lo que le mueve es un ideal egoísta o no, porque aunque podamos engañar a los demás, no podremos engañar a nuestra conciencia. La Iglesia Católica es multimillonaria y no necesita de recolectas para restaurar catedrales o hacer un nuevo edificio de culto, aunque si consigue que otros paguen la factura de su casa se sentirá muy satisfecha.
¿Algo más que deba ser evitado?
Lo que hemos dicho antes. Se debe evitar la profesionalización de la espiritualidad. Esto quiere decir que la persona no debe aspirar a mantenerse económicamente con la actividad que desarrolle espiritualmente. El que cobra por lo espiritual pierde la condición de consejero espiritual y pasa a ser un comerciante de lo espiritual. Tampoco se debe utilizar la espiritualidad para la obtención de bienes o beneficios económicos, ventajas o favores respecto a los demás. Esto evitará que se creen jerarquías de profesionales religiosos (el sacerdocio), que se mantengan con los recursos de la organización y que no tengan otra función en ella que atender a los cultos y rituales de la iglesia y a la búsqueda del proselitismo como fórmula de mantenimiento de la estructura. Un ejemplo actual que os puede dar una mejor idea de a qué me refiero son las empresas de tipo piramidal.
Has comentado también sobre el proselitismo que es algo negativo. Esto me genera una contradicción, porque si uno conoce lo espiritual, le ha ayudado en su vida y desea darlo a conocer a los demás para que también a ellos les ayude, ¿está actuando incorrectamente?
Cuando hablamos de hacer proselitismo nos referimos a aquellos que tratan de persuadir o convencer a los demás de algo sin respetar su libre albedrío. Me refiero a los que usan la fuerza, la manipulación o la coacción para conseguir adeptos. O de aquellos que ayudan a los demás a condición de que uno se afilie a determinada creencia, o al que intenta convencer al que no tiene interés en escuchar, o al que intenta imponer sus ideas o creencias sobre las de los demás. Todo eso es forzar el libre albedrío. Amar a los demás significa ayudarles en lo que necesiten sin esperar de ellos que compartan las ideas o creencias que uno tiene. No hay nada de malo en difundir el conocimiento espiritual. Al contrario, es algo bueno y necesario para que el ser humano evolucione y sea feliz. Pero no se puede hacer en contra de la voluntad del otro. Es decir, que aunque uno crea estar en la posesión de la verdad, si la impone al otro, ya está equivocándose. Por tanto, no hay que forzar, ni agobiar a los demás intentando convencerles de las creencias propias. No impongáis jamás vuestras creencias a nadie. Más bien aplicáoslas a vosotros mismos para ser más felices, para desarrollar vuestros sentimientos y eliminar vuestro egoísmo, porque no hay mejor enseñanza para los demás que el ejemplo vivido en uno mismo.
¿Y de qué manera hay que actuar cuando otras personas se acercan buscando ayuda espiritual?
Al ayudar a los demás no condicionéis esta ayuda a que acepten o compartan vuestras creencias. Hay que estar abierto a responder y compartir con aquellos que toman interés. Hay que estar dispuestos a admitir la diversidad de opiniones y a respetar otros puntos de vista discrepantes con el nuestro, estar abiertos a escuchar e incluso a modificar nuestros puntos de vista, si encontramos que el de los otros es más acertado. Cuando alguien os pida ayuda para resolver un problema emocional, antes de dar vuestra opinión preguntadles, "¿qué es lo que tu corazón te dice que hagas?" o "¿qué es lo que sientes que debes hacer?", porque no hay mejor guía que el sentimiento de uno mismo, aunque muchas veces se confunda sentimiento con pensamiento. Ayudadles entonces a distinguir entre lo que sienten y lo que piensan, pues el egoísmo influye en el pensamiento. Podéis dar vuestra opinión y exponer vuestras vivencias, sobre todo aquellas que les puedan ayudar a aclararse. Pero no decidáis por los demás, sino dejad que cada uno decida según su criterio lo que concierne a su propia vida. Cada persona necesita un tipo de ayuda y una profundidad diferente. Hay que ponerse al nivel de cada persona y darle hasta donde necesite y quiera recibir, ni más ni menos, y también hasta donde vuestra capacidad llegue. Mirad si estáis suficientemente preparados o no para prestar la ayuda que esa persona necesita. Si observáis que no lo estáis, reconocedlo, y buscad a otra persona más preparada para que sea ésta la que preste la ayuda porque, aunque no tengáis mala intención, si aconsejáis sin saber podéis confundir en vez de ayudar. Si alguien necesita ayuda pero no quiere recibirla hay que respetar su voluntad. Se puede aconsejar pero no imponer. En este caso lo único que se puede hacer es permanecer a la espera por si cambia de opinión. Es decir, no le cerréis la puerta a aquel que no quiso entrar, sino más bien dejadla entreabierta para que si cambia de opinión se atreva a pedir la ayuda que antes rechazó.
¿Algo más importante que añadir?
Sí, que vuestras creencias no se formen por el criterio de autoridad, sino que sigáis vuestro propio criterio. Quiero decir, no deis más validez a la palabra de ciertas personas sólo por el hecho de ser quienes son, sino que las valoréis en función de la calidad del propio mensaje que transmitan, y que las toméis en cuenta o las apartéis en función de vuestro propio criterio. De esta manera no se menospreciarán mensajes espirituales verdaderos por el hecho de proceder de personas humildes, ni se ensalzarán mensajes egoístas por el hecho de proceder de autoridades de renombre. El poder de las religiones precisamente reside en haber convencido a sus fieles de que el criterio de autoridad es el que vale, es decir, que la palabra del que tiene un rango superior vale más que la del que tiene un rango inferior o el que no lo tiene. Que el sumo sacerdote, pontífice, Papa o como le queráis llamar, está en posesión de la verdad absoluta y que lo que él dice no admite discusión, porque nadie tiene mayor autoridad que él en referencia a lo espiritual. De esta forma las autoridades religiosas han conseguido que se den por buenas creencias egoístas que obstaculizan el progreso espiritual del ser humano, pero que favorecen sus intereses, mientras que han condenado, difamado u ocultado las creencias que eran espiritualmente verdaderas, pero que eran un obstáculo para sus intereses.
¿Alguna cosa más que deberíamos evitar?
Sí. No busquéis el reconocimiento, la fama y la admiración en lo que hagáis por los demás, porque entonces no estáis amando, sólo alimentando vuestra vanidad.
Bueno, pasemos al tercer mandamiento, que es "Santificarás las fiestas".
Este es un mandamiento que también ha sufrido alteraciones,
porque en el texto del Deuteronomio dice: "Acuérdate del día
del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra. Mas el séptimo día es reposo". El sentido de este
mandamiento era proveer al trabajador del merecido descanso,
reconocerle este derecho frente al abuso del poderoso. Ten en
cuenta que era una época en la que era frecuente la esclavitud
y que los poderosos tenían tendencia a explotar sus
trabajadores, libres o esclavos, sin permitirles descanso. Por eso se
especifica que el descaso es para todos, incluidos los siervos y los
animales de carga. Era una manera de intentar poner un freno
a todos estos abusos. Es una manera de decir: "guardarás días
festivos para descansar del trabajo, uno a la semana como
mínimo". La Iglesia también ha querido aportar su granito de
arena, modificando este mandamiento a su conveniencia. Lo
que inicialmente era el respeto a los días de descanso se
transformó convenientemente para dar énfasis a la celebración
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de rituales en honor a Jesús, la Virgen o los santos. Esto también
es una asimilación de los ritos del Imperio Romano anteriores a
Constantino, puesto que las festividades de los santos, incluso el
nacimiento de Jesús, coinciden con celebraciones en esas
mismas fechas de fiestas paganas anteriores, como son los
solsticios de primavera, verano o invierno, que fueron
reconvertidas en celebraciones cristianas (San José, San Juan y
natividad de Jesús).
Pasemos a analizar el cuarto mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu madre. ¿Qué tienes que decirme de este?
Este mandamiento tenía el objetivo de proteger a los ancianos. Tened en cuenta que en aquella época no había sistemas de cobertura de seguridad social ni jubilación que protegieran a los ancianos. Los gobiernos nada hacían para proteger a los desposeídos y débiles, y por tanto tampoco había protección para los ancianos. Su única opción de protección estaba en la familia, es decir, que los hijos, una vez adultos, se hicieran cargo de la manutención de los ancianos, que ya no estaban en disposición de poder valerse por sí mismos. Pero este mandamiento también ha sido pervertido en su significado puesto que el ser humano ha transformado algo que era positivo, que era el respeto y el cuidado de los progenitores, en la obligación de los hijos de someterse a la voluntad de los padres. Bajo el paraguas de este mandamiento se ha dado a los padres el derecho de propiedad de los hijos, y mucha gente sin escrúpulos ha tiranizado a sus hijos, convirtiéndolos en esclavos, controlando y dominando sus vidas, doblegando la voluntad de los hijos a base de maltratos, humillaciones o manipulaciones, vulnerando su libre albedrío desde su más tierna infancia, como cuando se les concertaba los matrimonios a los hijos en contra de su voluntad, y así les condenaban a una vida de infelicidad. Se creyeron con derecho divino a hacerlo. Por eso ocurre que en las sociedades fuertemente religiosas es donde se manifiesta con mayor intensidad el dominio que ejercen los padres sobre la vida de los hijos, y no es de extrañar que muchas veces los hijos, cuando se hacen mayores y se encuentran con fuerzas para romper sus cadenas, no quieran saber nada de sus padres. Es entonces cuando éstos se quejan lastimeramente de que sus hijos les han abandonado y dicen "¡Con todo lo que yo he hecho por ellos... y mira como me lo pagan!", cuando en realidad sólo están cosechando los frutos de su mala siembra. Por eso yo os digo que no sólo se ha de "honrar al padre y a la madre", sino que la comprensión, el respeto y el cariño se ha de extender a toda la familia, abuelos, padres, madres, hermanos, hijos, o nietos, sobre todo a los niños, por ser los más débiles. Los hijos cuando son pequeños son los más vulnerables e indefensos, y por ello deben ser tratados con mayor comprensión, cariño y respeto. Jamás se debe pegar ni humillar a los niños. Ya hemos hablado del amor a los niños con profundidad anteriormente, porque es muy importante. Por tanto, entended este mandamiento en un sentido más amplio, mostrad cariño, respeto y comprensión a todos vuestros allegados con los que compartís vuestra vida, especialmente con los más vulnerables, que son los niños.
Hablemos ahora del quinto mandamiento, que es "No matarás".
Este mandamiento no puede ser más claro. Este mandamiento se conserva tal cual fue dado, por el mundo espiritual. No hay lugar para las interpretaciones. No matar es no matar, no quitar la vida. Sabemos que el espíritu es inmortal y, afortunadamente, nada de lo que pueda hacer el ser humano va a acabar con esa vida inmortal. Lo único que podemos hacer es interrumpir una vida física. Pero la vida física es uno de los dones que el mundo espiritual concede al espíritu. La vida física es la etapa en la que el espíritu se pone a prueba en aquello que ha aprendido en el mundo espiritual. Al espíritu le es necesaria la vida física para evolucionar tanto como al cuerpo el aire que respira para vivir. De ahí que exista un instinto, el de supervivencia, que programa a los seres vivos para que conserven su vida y la de su prole aun antes de que sean conscientes de su propia existencia. Al quitar la vida se está acabando con la oportunidad de evolución de un ser y esto es algo muy negativo desde el punto de vista espiritual. Por eso, mientras no se respete este sencillo pero fundamental mandamiento no puede considerarse la humanidad terrestre suficientemente preparada para dar el salto evolutivo al que aspira.
Bueno, creo que no hay código penal en el mundo que no condene el asesinato.
Cierto. Pero parece que el ser humano hace distinciones entre unas muertes y otras. Algunas vidas le parecen más importantes que otras y legitima el asesinato en muchos casos.
¿A qué te refieres?
Si un hombre mata a otros en época de paz, es un asesino en serie y seguramente la justicia lo condenará. Si ese mismo hombre mata a otros, en época de guerra, y éstos están en el bando enemigo, entonces es un héroe de guerra y su gobierno le dará una medalla. Pero si ese mismo hombre deserta del ejercito porque no quiere matar a esos hombres entonces su gobierno lo captura y lo condena como traidor, y lo puede llegar a ejecutar. Si un hombre hace explotar una bomba que mata a miles de personas en época de paz, entonces es un terrorista, es perseguido como tal y condenado si es capturado. Si un mandatario ordena al ejército de su país un ataque con bombas sobre un país enemigo y mueren miles de personas, está cumpliendo con su deber; y a los asesinados, si son militares, se les llama "bajas" y si son civiles, "daños colaterales". Si ese país gana la guerra, a este mandatario lo recordarán como un héroe y la historia lo recordará con honores. Las calles y las escuelas de su país llevarán su nombre escrito. En muchas naciones del mundo existe la pena de muerte en el código penal según para qué delitos, y se aplica para "hacer justicia". La conclusión de todo esto es que vosotros aplicáis el mandamiento de "no matarás" con una añadidura, que es como la letra pequeña de los contratos abusivos: "No matarás... a quién no lo merezca. Pero si se lo merece, entonces está bien hecho". Ahora sólo falta encontrar una buena excusa para que el que va a ser asesinado se lo merezca, porque todo el mundo que mata u ordena matar cree que tiene motivos para hacerlo.
¿Qué opinión tienes de las guerras?
Los asesinatos y matanzas colectivas que llamáis guerras son unos de los delitos más graves desde el punto de vista espiritual. No sólo es porque se sesga la vida física de innumerables seres, sino también por la destrucción y sufrimiento que generan para los supervivientes. Por eso os digo que también es un consejo espiritual muy importante el no promover la guerra. Los responsables máximos de las guerras tendrán que hacer frente a duras y prolongadas expiaciones hasta reparar todo el daño que hicieron.
Pero muchas veces el que va a la guerra no llega a ser consciente del daño que está haciendo, sino que va convencido de que está haciendo algo bueno, como defender a la patria, sus ideales o su creencia religiosa.
Se engaña o es engañado. No hay nada que justifique el asesinato de seres humanos, ni patrias, ni religiones, ni ideologías. Por tanto, no existe la Guerra Santa. Es una invención del ser humano el querer meter a Dios por medio para justificar sus ansias de poder y riqueza, y convencer a otros para que por medio del fanatismo accedan a convertirse en los verdugos de sus hermanos. No promoverás la guerra ni participarás en ella, pues no hay nada que lo justifique.
Me gustaría también que me dieras tu opinión sobre la pena de muerte, ya que en muchos países de la Tierra se considera una forma de castigo justa para los delitos más graves.
La pena de muerte, venga de donde venga, sea cual fuere el motivo, es algo infame, atroz, horrible, repulsivo y repugnante desde el punto de vista espiritual. Con qué profunda tristeza contemplamos que precisamente los estados que presumen de ser los más religiosos y creyentes en Dios son los que con mayor asiduidad aplican la pena de muerte como castigo para los criminales ¿En qué se es mejor que un asesino si los representantes de la justicia se igualan al condenado cuando ejecutan un castigo igual al de la falta cometida? En algunos países todavía más crueles, incluso se aplica la pena de muerte para faltas menores, incluso a pesar de que algunas de ellas no son punibles desde el punto de vista espiritual, como cuando se ejecuta a mujeres que han sido infieles al marido, a pesar de que la mayoría han sido obligadas a casarse con alguien al que no amaban. Tres religiones monoteístas, miles de millones de personas de cientos de países reconocen como divinos unos mandamientos entre los cuales está el de "no matarás". ¿Pero cuántos realmente lo respetan en la práctica? ¿Si parece que los que se consideran más creyentes en Dios son los que menos lo respetan? Ocurre frecuentemente que existen personas que se consideran a sí mismas fervorosamente religiosas, que cumplen todos los ritos y normas de su religión y que se escandalizan de los que no las cumplen, pero son a la vez las más insensibles y despiadadas, pues no tienen el menor respeto por la vida y el sufrimiento de los demás, ya que apoyan la pena de muerte o alientan a sus hijos a alistarse en los ejércitos para exterminar en la guerra a sus hermanos de otro país, convencidos firmemente de que es Dios el que les bendice. Todo aquel que quiera considerarse auténtico creyente en Dios ha de estar totalmente en contra de este horrendo crimen disfrazado como acto de justicia, y ha de saber que no es Dios quien le alienta en su creencia de que la pena de muerte es algo justo, sino que ésta se alimenta del fanatismo de los que quieren hacer de su propio egoísmo un dios a su imagen y semejanza.
¿Cuál es el destino de los encarnados que cometieron asesinatos, o que fueron los responsables de la muerte de alguien o de mucha gente, una vez fallecen?
Suelen quedar retenidos en determinadas zonas del plano astral
inferior, denominado comúnmente por algunos espíritus como El
Abismo. Permanecen allí durante un tiempo más o menos
prolongado, según la carga de los crímenes que cometieron sea
mayor o menor, junto con otros seres que cometieron crímenes
semejantes al suyo. En estos lugares reviven una y otra vez
escenas de los crímenes que cometieron, percibiendo en este
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caso como si fuera suyo el mismo sufrimiento que vivieron sus
víctimas, lo cual les hace sufrir enormemente. Estos seres se
atormentan entre ellos y pueden ser atormentados por las
víctimas desencarnadas poco avanzadas que conserven deseos
de venganza. Cuando muestran signos de toma de conciencia
de lo que han hecho y de arrepentimiento son rescatados del
Abismo por espíritus más avanzados que los trasladan a centros
de socorro donde les atienden en su recuperación, y les
preparan para la rectificación de sus crímenes, que empieza en
el plano espiritual, por ejemplo atendiendo al rescate de
aquellos que estuvieron en su misma situación y, una vez llegado
el momento, continúa cuando vuelven a encarnar en el plano
físico con vidas dedicadas a la reparación del daño que
hicieron.
¿Y qué me tienes que decir del suicido?
Un suicido es equivalente al asesinato de uno mismo y desde el punto de vista espiritual es algo negativo, pues estás desperdiciando una oportunidad de progreso espiritual. Equivale a un examen no presentado. Lo que interrumpes en ese momento tendrás que volver a afrontarlo en la siguiente vida.
¿Cuál es el destino de los suicidas en el plano espiritual?
Suelen entrar en un estado de turbación en el que rememoran una y otra vez el momento en el que cortaron su vida y perciben el dolor que sintieron sus allegados como si fuera propio. En este proceso llegan a tomar conciencia de la inutilidad del acto que cometieron. Cuando muestran signos de toma de conciencia y arrepentimiento se les prepara para una nueva encarnación, que suele ser bastante inmediata, donde tendrán que afrontar las mismas pruebas que vinieron a superar en la vida que interrumpieron súbitamente.
¿Qué opinión te merece la eutanasia? ¿Está justificada en algunos casos, por ejemplo en el caso de enfermos incurables o enfermos terminales?
Ya hemos dicho que la vida es sagrada y no debe ser cortada antes de que llegue el tiempo de que la muerte ocurra por sí misma. Interrumpir la vida, aunque sea con la buena intención de evitar el sufrimiento, es algo negativo desde el punto de vista espiritual. Tened en cuenta que si a cada persona que vive una situación de sufrimiento se le quitara la vida no quedaría nadie vivo en el mundo. Todas las circunstancias que vive el ser humano, enfermedades congénitas, paraplejías, todo tiene un significado que es ayudar al espíritu a evolucionar. Son pruebas elegidas por ese espíritu antes de encarnar. Interrumpirlas antes de tiempo les obliga a venir en otra ocasión a terminar la prueba inconclusa, con lo cual no se les ayuda en absoluto. A veces el espíritu que vive esa situación de sufrimiento, se acobarda y quiere escapar de ella cortando la vida, pero no es de esta manera como lo conseguirá.
¿Y en los casos de enfermos terminales está justificada la eutanasia?
Si se están muriendo, ¿Qué sentido tiene adelantarles la muerte? Dejad que se mueran por sí mismos.
Supongo que el sentido es acortar su sufrimiento, porque muchos de ellos experimentan dolores insoportables.
Aliviad su dolor entonces, pero sin cortarles la vida.
¿Y en los casos de coma prolongados? ¿Está justificada la eutanasia?
Tampoco está justificada. Cuando alguien ha finalizado su tiempo de encarnación y debe dejar el mundo terrenal, desde el mundo espiritual se le ayuda para que se desprenda del cuerpo físico lo antes posible. Si el cuerpo permanece con vida, es que esa vida tiene un significado, porque si hubiera llegado el momento de desencarnar para ese espíritu nada de lo que hicierais podría evitar su partida.
¿Qué opinión te merece el aborto?
Ya hemos hablado anteriormente de este tema en profundidad y no lo vamos a repetir. El asesinato de un neonato no deja de ser un asesinato sólo porque no veáis la cara de la víctima y percibáis como sufre. Tampoco ven las caras de sus víctimas los que ordenan un bombardeo y no por ello deja de ser menos grave el delito que cometen. El espíritu ligado a ese ser en gestación lo pasa tan mal como las personas que son torturadas hasta la muerte. Evitadles ese sufrimiento y evitaros a vosotros el sufrimiento que conlleva el haber sido los verdugos de vuestros propios hijos. Respetad la vida, que es un don espiritual muy valioso para evolucionar, y no la interrumpáis de ninguna forma ni bajo ningún concepto, ni con asesinatos, guerras, penas de muerte, suicidios, eutanasias ni abortos, y con ello evitaréis muchos sufrimientos en vosotros y en los demás.
El sexto es "No cometerás actos impuros".
Este es otro mandamiento que ha ido variándose a lo largo del tiempo pues, en las traducciones católicas o cristianas del Deuteronomio aparece como "No cometerás adulterio".
¿Y cuál es la versión correcta?
Ninguna de las dos. Tomad la versión hebrea de los diez mandamientos que aparece en el Deuteronomio y caeréis en la cuenta de que la traducción original del mandamiento no es "no cometerás adulterio", sino "no prostituirás" que equivale a decir, "no fuerces a nadie a mantener relaciones sexuales no deseadas". Este mandamiento abarcaría también a los matrimonios concertados, pues se obliga a uno o a los dos cónyuges, generalmente a la mujer, a mantener relaciones no deseadas. Esto quiere decir que nadie puede ser obligado a mantener relaciones sexuales no deseadas, ni dentro ni fuera del matrimonio. Tened en cuenta que en esa época los derechos de la mujer y los niños (especialmente las niñas) prácticamente no existían. Eran tratados apenas un poco mejor que el ganado. Desde la más tierna infancia se comerciaba con ellas, sobre todo con aquellas que pertenecían a las clases más desfavorecidas. Eran compradas y vendidas como esclavas y prostitutas, para satisfacer los bajos instintos de aquellos que pudieran pagarlos. Los secuestros de mujeres y violaciones estaban a la orden del día. En las guerras eran frecuentemente consideradas botín de guerra, violadas por los soldados y luego dedicadas a la prostitución y a la esclavitud. También los matrimonios concertados estaban a la orden del día. Las propias familias consideraban un buen negocio si conseguían casar a alguna de sus hijas con alguien con dinero y poder. Los matrimonios de niñas con hombres adultos o ancianos o entre niños y niñas por intereses de los padres eran muy frecuentes. Prácticamente podríamos decir que más del 90% de las uniones estaba decidida sin que el cónyuge más débil participara en esta decisión, puesto que eran decisiones tomadas por los padres cuando los hijos todavía eran niños o ni siquiera había nacido. La gente poderosa y ambiciosa utilizaba el casamiento como una manera de acumular mayor riqueza o poder, de anexionarse dominios vecinos o simplemente para satisfacer el capricho de poseer sexualmente a quien les viniera en gana. La poligamia para el hombre era normal y signo de poder y riqueza, y estaba bien considerada. Imaginad el sufrimiento de todas aquellas mujeres y niñas sometidas a todos esos abusos y humillaciones tan extremas. La intención de este mandamiento era poner freno a todos aquellos abusos. Pero el egoísmo del ser humano se encargó de pervertir también este mandamiento e hizo de la víctima el verdugo y del verdugo, la víctima, pues desde bien pronto se castigó a la mujer forzada a prostituirse, y no al proxeneta, al violador o al "esposo" forzoso, o a los padres que negocian con las vidas de las hijas, que son los que prostituyen e incumplen el mandamiento.
¿Cuál sería el motivo por el cual habría un interés en modificar este mandamiento? Quiero decir ¿Cuándo y por qué pasa de ser "no prostituirás" a "no cometerás adulterio"?
Si el poderoso violaba y prostituía abiertamente era evidente que incumplía el mandamiento "no prostituirás". El matrimonio concertado y la poligamia eran en realidad formas de prostitución y violación encubiertas que podían permitirse los más poderosos, pues como contrapartida tenían que hacerse cargo de la manutención de las esposas o concubinas y su prole. En realidad, todo esto ocurría mucho antes de que Moisés naciera y estaba muy generalizado. Él era sabedor de todos estos abusos, que le generaban una gran indignación, e intentó legislar para evitar que se siguieran cometiendo, apoyándose en un Consejo Divino. Mientras él estuvo con vida pudo refrenar los casos de abusos más flagrantes. Pero cuando él ya no estaba, los poderosos interpretaron el mandamiento a su conveniencia. No se atrevieron a cambiar el mandamiento. Lo que hicieron fue añadir leyes nuevas de su propia invención que iban oscureciendo el significado del mandamiento original. Lo primero fue dar la imagen de que el matrimonio concertado, la poligamia y el poseer concubinas era "agradable a Dios" y que el matrimonio por sí mismo era una institución sagrada. Luego, para evitar cargar con la manutención de las esposas que no les interesaban inventaron el repudio y cargaron sobre la mujer las culpas del repudio, malinterpretando la propia ley de forma interesada, bajo la acusación de que ejercían la prostitución. En algunos casos era cierto que estas mujeres tenían relaciones sexuales con otro hombre, justamente del que estaban enamoradas, ya que al estar forzadas a ser esposas del poderoso no podían establecer una relación abierta con él, por lo que vivían sus amores en la clandestinidad. Otras mujeres, al ser repudiadas, no tenían más remedio que recurrir a la prostitución para subsistir, pues eran totalmente excluidas de la sociedad, con lo cual acababan confirmando la falsa acusación que se les había hecho. El catolicismo fue más atrevido y finalmente modificó el mandamiento para dar toda la importancia a la institución del matrimonio y ninguna a la libertad de elección de pareja, pues los poderosos de las épocas posteriores seguían utilizando el matrimonio concertado como arma de satisfacción de su egoísmo y no estaban dispuestos a renunciar a ella. Por eso introdujeron el concepto del adulterio y lo utilizaron en la redefinición del mandamiento, que pasó a ser "no cometerás adulterio", para castigar al cónyuge que tenía relaciones sexuales fuera del matrimonio. En la práctica sólo la mujer era condenada por adulterio, puesto que al ser la sociedad católica profundamente machista, como lo era la hebrea, el hombre seguía llevando la doble vida que quería sin que nada le ocurriera.
Pues a pesar de lo que dices, las sociedades que se consideran más religiosas todavía consideran que el matrimonio concertado es algo normal y agradable a Dios y es una práctica habitual. ¿Qué tienes que decir al respecto?
Sabed que el matrimonio concertado es una forma de violación institucionalizada a la que se le ha dado apariencia de "honestidad". Para que no quede ninguna duda al respecto, añadiré que desde el punto de vista espiritual se trata de una flagrante violación del libre albedrío, una manipulación horrenda que se hace del sentimiento de una persona, pues se la obliga a convivir y mantener relación sexual con alguien que ella no ha elegido. Además, se le impide liberarse de esa esclavitud bajo multitud de amenazas y chantajes, entre los cuales está el hacerle creer que, si no se somete, es una persona sucia, impura y que desobedece los designios de Dios, con lo cual se viola también el mandamiento de "no utilizaras el nombre de Dios con propósitos egoístas".
¿Pero entonces el adulterio es algo negativo desde el punto de vista espiritual o no?
Ya hemos hablado de este tema ampliamente cuando tocamos el tema de las relaciones de pareja y dijimos que la fidelidad a los sentimientos es lo único que importa a nivel espiritual, pues es la clave de la felicidad. La fidelidad surge espontáneamente cuando hay un sentimiento de amor de pareja mutuo entre los cónyuges, y éste no se puede forzar. Poco importan aquí vuestros convencionalismos. Si una unión matrimonial es forzosa, ten por seguro que habrá un rechazo completo, una aversión hacia la relación sexual con el cónyuge forzoso y un deseo de tener una relación elegida por voluntad propia, incluyendo la relación sexual. Si es una relación voluntaria pero no hay sentimientos se produce insatisfacción, inapetencia e incluso un rechazo a la relación sexual y un deseo insatisfecho que busca satisfacerse en otra relación. En estos casos la infidelidad, el adulterio o como le queráis llamar, es un reflejo de la ausencia de sentimiento de pareja entre los cónyuges, que se obligan ellos mismos o son obligados a mantener una relación sin amor, y que buscan fuera de esa relación lo que no encuentran dentro de ella. El problema está entonces en querer forzar o prolongar uniones no deseadas.
Etimológicamente, la palabra adulterio viene de adulterar, alterar la calidad o pureza de algo por la adición de una sustancia extraña, o también falsificar o manipular la verdad. Estos significados nos acercan mejor a la definición espiritual que debería tener la palabra adulterio. Una relación adulterada se da cuando dos personas se unen como pareja bajo la apariencia de que existe un sentimiento y no lo hay realmente. Es decir, se manipula o falsifica la unión de pareja, se altera la pureza de la unión cuando ésta no se da por amor. Cuando las relaciones de pareja se basen en un sentimiento de amor y afinidad mutuos no existirá ni el adulterio en su definición espiritual ni en la terrenal, porque al estar unido al ser amado, la relación sexual con la pareja será verdaderamente plena y no se buscarán otras relaciones para satisfacer la sexualidad.
Pero para que esto sea posible es necesario que exista la libertad de sentimiento. Por eso yo os digo que este mandamiento, el de "no prostituirás", ya que el ser humano ha avanzado lo suficiente para asimilarlo, se puede reformular en la actualidad de esta manera: "Respetarás la libertad de sentimiento". Dicho de otro modo, todo ser humano tiene derecho a elegir libremente con quién quiere y no quiere tener relación de pareja, incluyendo la relación sexual, y nadie puede quebrantar ese derecho. Por ello nadie está obligado a unirse a otra persona si no lo desea, ni está obligado a perpetuar una relación si no lo desea.
Según lo que has expuesto, ¿en qué situación quedaría la indisolubilidad del matrimonio, tan ensalzada por la Iglesia?
Ya lo dijimos anteriormente. La prolongación de una relación de pareja, si hay unos sentimientos firmes dentro de la pareja, se dará de manera espontánea, haya o no un contrato de matrimonio firmado. Pero no puede ser forzosa, pues esto sería atentar contra el libre albedrío. Por tanto, la indisolubilidad del matrimonio no es una ley divina, sino humana y no proviene ni de Moisés ni de Jesús. De hecho, es una norma que se introdujo más de mil años después del paso de Jesús por la Tierra. Si repasáis vuestra historia veréis que el divorcio estuvo vigente durante el reinado de todos los emperadores romanos cristianos. La ley civil en la época de los emperadores cristianos permitía un nuevo matrimonio después del divorcio. También lo estuvo en todos los Estados que se originaron tras la fragmentación del Imperio romano. Fue el Papa Gregorio IX (1227-1241) quien, por enemistad con los emperadores y reyes de la época, al ver que éstos acostumbraban a cambiar de mujer frecuentemente, impuso por decreto el matrimonio indisoluble en los reinos cristianos.
¿Entonces el divorcio no contraviene ninguna ley divina?
Por supuesto que no. Al contrario, permite que se pueda ejercer el libre albedrío y la libertad de sentimiento. Ya lo hemos dicho, nadie está obligado a perpetuar una relación si no lo desea y no va a ser el mundo espiritual quien ponga trabas al libre albedrío y a la libertad de sentimiento del ser humano.
Hay personas que interpretan que el aumento del número de divorcios es un reflejo de que hay una disminución del sentimiento de amor dentro de las parejas. ¿Están en lo cierto?
No. Es un reflejo de que existe mayor libertad para romper las relaciones y de que las personas se sienten con mayor libertad para desprenderse de las relaciones cuando no les son satisfactorias. Si antes no había más divorcios no era porque las relaciones fueran mejores, ni porque hubiera más amor, sino porque o bien la ley no permitía el divorcio, o bien porque, aunque lo permitiera, la educación represiva hacía que muchas personas se sintieran obligadas a continuar la relación aunque no se sintieran enamoradas.
Ya que estamos hablando del mandamiento "No prostituirás", me gustaría que me dieras tu opinión sobre la prostitución, desde el punto de vista espiritual.
La prostitución es un reflejo del poco avance que existe respecto al desarrollo de los sentimientos, pues un espíritu avanzado no concibe mantener una relación sexual sin amor, y mucho menos sin que haya un deseo mutuo entre los que la mantienen. El que se satisface con la sexualidad de la prostitución refleja pobreza de sentimientos y predominio del instinto sobre el sentimiento y la sensibilidad.
Ya, pero ¿Cómo se debería legislar respecto a la prostitución? ¿Se debe permitir o prohibir?
Se debe prohibir en todos los casos que impliquen a menores de edad, y se debe perseguir tanto a los proxenetas como a los clientes, en este caso pederastas, y proteger a los menores para que no vuelvan a sufrir ningún tipo de abuso. En el caso de la prostitución que implica a mayores de edad, se debe prohibir la prostitución forzosa, es decir cuando la persona que ejerce la prostitución ha sido obligada o presionada de algún modo para ejercerla, y la justicia debe perseguir a aquellos que la obligaron a prostituirse, pues están vulnerando su libre albedrío, y también al cliente si es conocedor de que la persona está ejerciendo la prostitución en contra de su voluntad. Se debe proteger a la persona que ha sido prostituida para impedir que sufra más daño. También los gobiernos deben procurar el sostenimiento de las personas con escasos recursos económicos para que nadie ejerza la prostitución por necesidad económica, pues hay quien recurre a ella como última opción para ganarse su sustento o el de su familia, porque no tiene otra forma de conseguirlo, pues esto es una forma de prostitución en la que la propia sociedad es cómplice. No obstante, no se puede prohibir cuando una persona, con plena posesión de sus facultades y por decisión libre y voluntaria, sin que haya una necesidad de sostenimiento familiar, quiera vender su cuerpo. Aunque una decisión así refleja poco avance del interior, no es objeto de vulneración de su libre albedrío, pues lo ejerce por su voluntad, ni el cliente incurre en delito, pues no forzó su libre albedrío.
Por otra parte, añadiré que una prohibición total de la prostitución, conforme está vuestro mundo, donde hay una gran demanda de satisfacción del instinto sexual bastante primitiva y una falta del respeto del libre albedrío, no serviría para erradicarla. Más bien tendría como consecuencia un incremento de los casos de violaciones y abusos sexuales y el que la prostitución se ejerciera de manera clandestina. Si lo miramos bien, las personas que se dedican voluntariamente a la prostitución en vuestro mundo evitan muchas violaciones y abusos sexuales, puesto que satisfacen voluntariamente los bajos instintos de muchos espíritus poco avanzados, que en ausencia de esa posibilidad buscarían satisfacción sexual por la fuerza. Por ello, la erradicación de la prostitución en vuestro mundo no se puede producir de manera forzosa, sino que sucederá cuando los seres humanos aumenten su sensibilidad lo suficiente como para que el deseo sexual pase de ser una satisfacción de un instinto biológico, a transformarse en la expresión de unos sentimientos de amor de pareja. Y para que todo ello ocurra es necesario que el ser humano pueda tener libertad de sentimiento y libertad respecto a su sexualidad. Entonces, las relaciones sexuales serán naturales y no un negocio ni un motivo de explotación.
El siguiente mandamiento es "No robarás".
Sí. Generalmente, uno entiende por robar el hurto, el acto de
quitar a otro una posesión material que le pertenece sin su
consentimiento, y considera ladrones sólo a los carteristas, a los
asaltantes de bancos, joyerías y otros establecimientos. Pero yo
os digo que el que priva al trabajador del justo salario para
enriquecerse con ello, el que acumula poder y riquezas a costa
del perjuicio, el sufrimiento y la necesidad de los demás,
utilizando el engaño, el fraude, el chantaje, aunque las leyes
nunca lleguen a encontrar su delito es el mayor ladrón que
existe. Por eso el mandamiento de "No robarás", se puede
agrupar en uno sólo junto con el de "No dirás falso testimonio ni
mentirás" y el de "No codiciarás los bienes ajenos" puesto que
todos forman parte de una misma intención, la de perjudicar a
los demás para satisfacer el propio egoísmo. De acuerdo con
ello se puede enunciar un consejo que reúne a los tres
mencionados, que sería este: "No actuarás movido por el egoísmo para perjudicar a los demás". Las manifestaciones del
egoísmo más materialistas son la avaricia, la codicia y la
ambición, pues son las responsables de que las personas se
entreguen a la acumulación de riqueza y poder sin prestar
atención al daño que causan a los demás. Pero también otras
manifestaciones del egoísmo que no son materialistas, como
todos los ego sentimientos que tratamos en el tema de las
relaciones personales como el apego, los celos, el odio, la rabia,
la absorbencia, el rencor y el despecho causan daño a los
demás.
Si una persona se enriquece sin causar perjuicio a los demás, ¿incurre en algún tipo de deuda espiritual o vulnera la máxima de "no actuarás movido por el egoísmo para perjudicar a los demás"?
No vulnera el mandamiento, pero tampoco refleja un gran avance, ya que el espíritu avanzado no ambiciona la riqueza ni malgasta su tiempo y esfuerzo en lograr ser rico, pues nada le atrae de esa condición. Puede que no cause perjuicio directamente, pero si posee la riqueza o el poder material y no lo emplea en ayudar al prójimo, sino más bien en satisfacer caprichos materiales, desaprovecha una buena oportunidad de ayudar a los demás y de avanzar en su propia evolución en el amor, pues aunque pudo hacer mucho bien no lo hizo. Si un espíritu encarnó pidiendo la riqueza material para utilizarla en el bien común, y una vez encarnado, se dedica a emplearla en satisfacer su egoísmo, fracasa en su misión. En cualquier caso, en vuestro mundo resulta difícil que una persona se enriquezca sin causar perjuicio a nadie, a no ser que sea porque recibe una herencia o le toque la lotería, pues en vuestra forma de funcionar en la economía y el comercio impera la ley del más fuerte, y la gente de buena voluntad difícilmente puede prosperar en un sistema tan agresivo sin contagiarse de sus malas prácticas.
¿A qué te refieres exactamente?
Pues a que el sistema económico que impera en la Tierra, que llamáis capitalismo, es un sistema que nace del egoísmo del ser humano y contradice este mandamiento de cabo a rabo, pues se puede decir que es un sistema que permite y persigue el enriquecimiento desmesurado sin freno, sin el más mínimo respeto por los derechos del ser humano.
Yo no entiendo mucho de economía, pero la verdad es que se me antoja bastante complicado entender qué es lo que mueve la economía mundial, con tantos indicadores macroeconómicos. Observo que existen muchas desigualdades, injusticias y mucha pobreza que cada vez va a más, y esto se agudiza en épocas de crisis económica como la actual. Me parece difícil vislumbrar un futuro mejor para el ser humano tal y conforme estamos y tampoco veo cuál es la solución.
Es más sencillo de lo que parece, aunque se os hace creer que todo es complicado y que nadie es responsable de que las cosas funcionen de ese modo, para que no veáis ninguna solución ni podáis exigir responsabilidades a nadie. Vuestro sistema económico actual es como una gran empresa de tipo piramidal. Se basa en un sofisticado sistema de préstamo con intereses crecientes donde cada intermediario va incrementando el interés para obtener un beneficio, asfixiando al que recibe el dinero en última instancia y no lo presta, pues este ha de devolver el préstamo y su interés con su trabajo o su producción. Éstos, los que están en la base de la pirámide, que son la mayoría, son los que sostienen todo el sistema con su esfuerzo. El resto vive de la usura y la especulación, pues también crean mercados de compraventa especulativa donde obtienen beneficios a base de comprar barato y vender caro lo que sea. Algunos de los productos que se compran y se vende son reales, como pueden ser los productos agrícolas, los de la ganadería, la pesca, la minería o la industria, mientras que otros son productos ficticios, lo que se llaman "productos financieros", como acciones, bonos, fondos de inversión. En realidad, en la actualidad todo es muy simple: unos pocos se han apropiado del derecho de acuñar moneda. Es decir, tienen la máquina de hacer el dinero. Prácticamente fabrican el dinero gratis y se lo prestan a todos los demás con intereses, con lo cual todo el mundo queda endeudado con ellos, y con ese sistema consiguen que todo el mundo haga lo que ellos quieren, especulando en los mercados que ellos crearon, siempre con información privilegiada que les permite comprar barato y vender caro.
¿Tiene esto algo que ver con la crisis económica?
Sí. Las crisis económicas no ocurren por casualidad, sino que son generadas desde lo alto de la pirámide. Primero se facilita el préstamo a un interés bajo para promover el endeudamiento. A los de debajo de la pirámide, tras pasar por varios escalones de intermediarios, les llega ese dinero prestado con intereses más altos y utilizan ese dinero para hacer funcionar sus negocios o adquirir bienes, lo que produce una activación de la economía y un aumento del consumo. Esto es lo que se denomina época de bonanza económica. Hay una apariencia de riqueza y bienestar, pero es sólo apariencia, porque todo se ha construido con un dinero prestado, el cual se ha de devolver con intereses. Cuando los pescadores de arriba observan que muchos peces han mordido el cebo, es decir, que hay mucha gente endeudada, tiran del sedal para recoger a su presa. Es decir, en un determinado momento cierran el grifo del préstamo. Esto hace que el dinero escasee. Para obtener crédito hay que pagar un interés más alto y los préstamos que ya han sido concedidos aumentan también su interés. Todo esto obstaculiza la actividad económica. Los que se endeudaron no pueden hacer frente a los pagos de los préstamos y se les desposee de todos sus bienes. El nivel de vida de la población empeora notablemente mientras toda la riqueza que se ha generado en ese periodo pasa a manos de los que dominan el sistema. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Así es como se produce una crisis económica.
¿Y qué solución tiene todo esto?
La solución es muy simple: renunciar al egoísmo, a la codicia, a la avaricia, cada uno en la posición en la que esté, y empezar a compartir, a ver al otro como a uno mismo y a procurar el bienestar del otro tanto como el de uno mismo. Si todos dieran ese paso el mundo cambiaría rápidamente. Este sistema se sostiene porque abunda la avaricia, la codicia y la ambición en el ser humano, y escasea el amor y la generosidad. Hay poca disposición a compartir. El que tiene mucho no se conforma con lo que tiene. No piensa en compartir su abundancia con el que tiene menos, sino que aspira a tener más todavía, más dinero y más poder, aunque sea a costa de perjudicar a los demás. Muchos de los que tienen menos desean ser como los que están arriba, triunfar en la vida y ser ricos y poderosos. Harían lo mismo que el que tiene mucho en sus circunstancias. Por eso no es suficiente con que cambien los que están arriba, sino que tiene que haber un cambio de conciencia general, que englobe a todo ser humano, en el sentido de reconocer que en realidad todos somos seres espirituales, hermanos que compartimos un mismo camino, el de la evolución espiritual, y un mismo destino, llegar a ser felices a través de experimentar el amor, y que para ello nos necesitamos los unos a los otros. Es necesario comprender que acumular riquezas no sirve para nada porque no nos hace felices, pero que privarnos de lo que necesitamos para vivir sí que genera sufrimiento, con lo cual, si hay de todo en abundancia y compartimos lo que hay nadie sale perjudicado y todos salimos beneficiados. Pero repito, para eso hay que renunciar a la acumulación de riquezas y estar dispuestos a compartir.
Eso me parece muy bonito pero muy utópico. Creo que debería haber más concreción en las medidas.
No hay un recetario de medidas a tomar, si eso es lo que me pides, porque todo depende de la intención y la buena voluntad del ser humano de renunciar al egoísmo y de una mayor disposición hacia el amor fraternal y a compartir. Sin esa predisposición todo esfuerzo sería inútil. Debería haber un deseo de la mayoría de la gente favorable a realizar los cambios que conduzcan a una sociedad basada en el amor, una buena disposición a colaborar activamente en su implantación, pues nada se puede hacer por imposición ni sin colaboración de todos en general. Debería elegirse como gobernantes a personas que tuvieran una alta capacidad espiritual, personas amorosas, humildes, de gran generosidad, desprovistas totalmente de codicia, de avaricia y de ambición, conocedoras de la situación y dispuestas a aplicar medidas que fomenten el bien común, la justicia social y la redistribución equitativa de la riqueza. Ellos sabrían lo que hacer en cada momento. Una de las cosas que debería realizarse con mayor urgencia es desmantelar todo ese sistema económico basado en la usura y la especulación y promulgar leyes más justas y equitativas que persigan y eviten que las prácticas egoístas vuelvan a controlar el mundo. Por eso el mandamiento "No actuarás movido por el egoísmo para perjudicar a los demás" se completaría del siguiente modo: "Promoverás el bien común, la justicia social y la redistribución equitativa de la riqueza".
Pues tras haber analizado tres mandamientos de una tacada ya sólo nos queda uno: "No consentirás pensamientos ni deseos impuros". ¿Qué me has de decir de este?
Que este mandamiento no existe. Ni siquiera está recogido en el Deuteronomio. Es de invención posterior. Tampoco las Iglesias cristianas protestantes lo contemplan. Sería mucho pedir al ser humano, al que tanto le cuesta actuar sin egoísmo, que ni siquiera tuviera pensamientos egoístas. El término "impuro" es además bastante ambiguo, aunque seguramente se refiere al deseo sexual que no entra dentro de los cánones que permite la Iglesia, es decir, cuando se produce un deseo sexual fuera de la relación del matrimonio. Es un mandamiento creado por el ser humano con el propósito de reprimir la libertad de sentimiento, de pensamiento y la libertad sexual.
Pues si hemos unido tres mandamientos en uno y hemos eliminado otro se nos quedan los mandamientos en siete y no diez.
¿Y quién dijo que tuvieran que ser necesariamente diez? Bueno, no importa porque hay tres consejos más que me gustaría añadir que me parecen bastante importantes y que deberíais tener muy en cuenta.